¿Tienes alguna pregunta? 
+34 931 292 509
secretaria@silviacongost.com
  • 0 productos
Mi cuenta
Silvia Congost, psicóloga experta en dependencia emocional, autoestima y relaciones tóxicasSilvia Congost, psicóloga experta en dependencia emocional, autoestima y relaciones tóxicas
  • INICIO
  • TE OFRECEMOS
    • Sesiones de terapia
    • Eventos en Teatros
    • Grupos de autoestima
    • Psicología para expertos
    • Equipo
    • Contrataciones
  • CURSOS
    • Fortalece tu autoestima
    • Cómo mejorar tu relación
    • Superar una infidelidad
    • Amo a alguien que tiene pareja
    • Mi pareja es narcisista
  • LIBROS
  • AGENDA
  • BLOG
  • MEDIOS
  • CONTACTO
Back
  • INICIO
  • TE OFRECEMOS
    • Sesiones de terapia
    • Eventos en Teatros
    • Grupos de autoestima
    • Psicología para expertos
    • Equipo
    • Contrataciones
  • CURSOS
    • Fortalece tu autoestima
    • Cómo mejorar tu relación
    • Superar una infidelidad
    • Amo a alguien que tiene pareja
    • Mi pareja es narcisista
  • LIBROS
  • AGENDA
  • BLOG
  • MEDIOS
  • CONTACTO
  • Home
  • Blog
  • Relación de pareja
  • Ana y sus dudas

Relación de pareja

Ana y sus dudas

  • By Silvia Congost

Ana no dudaba de lo que sentía por Javier. O sí. A Ana le gustaban muchos aspectos de su manera de ser, muchas de las cosas que él le aportaba. O tal vez no tantos. Sentía que no le quería dejar, que no quería alejarle de su vida. O sí.

Ana vino a verme sumida en el más profundo caos mental y emocional. A medida que la sesión iba avanzando, ella se sentía más perdida, como en una encrucijada. Su grandísima habilidad para auto engañarse no le funcionaba conmigo. De repente la sensación que ambas teníamos, era como que ella estaba intentando convencerme a mí de que Javier era fantástico y valía mucho la pena. Como si yo ganara algo, crucificando o absolviendo a Javier. Nada más lejos de mi intención.

Como siempre hago, le dejé muy claro que no estábamos allí para decidir si él valía la pena o no. Seguro que tenía muchísimas cualidades, eso jamás lo dudaría. Estábamos allí, es decir, me había venido a ver porque no estaba bien.
Normalmente cuando alguien está bien, no tiene la necesidad de venir a verme. No estaba bien. No estaba nada bien. De hecho, Ana estaba cada día peor.

Una cosa era sentirse querida y otra muy diferente era estar asfixiada, era perder su espacio por completo, dejar de ser nada sin la existencia y la presencia de él. Al principio eso le gustó. Siempre había tenido parejas para las que no se había sentido importante, personas que la dejaban como la última de las prioridades, que no contaban con ella y que la ignoraban en cada capítulo en el que se iban sumergiendo sus vidas. Juan no era de esos. Juan le daba todo. Y pronto comprendió que todo era demasiado. Por lo menos era demasiado, porque en su caso era todo con demasiadas exigencias y sin el suficiente respeto.

No le dejaba tener su espacio, no le parecía bien que quedara con otras personas que no fuera él. Al principio parecía incluso atractiva su actitud de buscar en ella la exclusividad más absoluta, pero muy al principio también, ella se dio cuenta de que aquello iba en serio, de que aquello era real, de que su enfado no era una demostración inocente y sin importancia sino que era simplemente el inicio de una relación que podía ser grave y destructivo.

Al cabo de unas cuantas semanas, sin saber cómo ni por qué, sin que le pareciera bien ni desearlo conscientemente, Ana ya no quedaba con sus amigas. Le generaba ansiedad hacerlo, e incluso el simple hecho de pensar en hacerlo.
Y además, si él un día quería quedar con sus amigos y ella se quedaba sola, Ana se enfadaba con él, no comprendía por qué quedaba con sus amigos si ella no podía hacer lo mismo. Sin saberlo, se empezaba a comportar igual que él. Le empezaba a exigir igual que él, cosas que no encajaban con ella, cosas que ella jamás había hecho antes y cosas que ni siquiera le parecían bien.

Ana estaba desapareciendo. Una tarde volvía de Madrid a Barcelona y sentada en su asiento del tren, vio su rostro reflejado en el cristal donde estaba recostada su cabeza y por un momento se asustó. ¿Quién era aquella? ¿Dónde estaba Ana? ¿Qué estaba pasando?

Ana ya ni siquiera se reconocía. Se había perdido a si misma, ya ni siquiera recordaba cómo era antes de aquella relación. Ya ni siquiera iba a ver a sus padres. También, sutilmente, la había ido alejando de ellos. ¿Ahora tenemos que ir? Venga vamos a pasar el día en casa tú y yo solos. ¿De verdad quieres que vayamos hoy al cumpleaños de tu padre? Mira que tengo mucho trabajo y debería quedarme en casa…¿A pero tú vas a ir? Bueno…no sé, me gustaría que te quedaras conmigo ya que yo no puedo ir….¿Que quieres invitarlos? ¿Seguro? Me agobia un poco que vengan a casa y que perdamos nuestra privacidad.

Pasó de verlos una vez a la semana a verlos una vez cada dos o tres meses. Y cuando los veía, le mentía para evitar tener que dar explicaciones. ¡¡Eran sus padres!!! ¿Por qué tenía que mentir??? ¿Era eso normal? Por supuesto que no, pero a Ana le pasó lo que le pasa a todo el mundo. Llega un momento en el que ya no sabes distinguir entre lo que te parece bien y lo que te parece inconcebible. En ese punto, es donde ves que ya has llegado demasiado lejos.

Ana no quería perderle pero luchaba por conseguir que así fuera. Era una auténtica batalla interna difícil de gestionar pero que debía llevar hasta el final.
Ana necesitaba recuperarse a sí misma con urgencia, reconstruir su autoestima, volver a conectar con ella misma, recordar quién era antes de él y decidir quien quería ser a partir de aquella historia.

Cuando una persona vive algo así, cambia mucho. Al salir, uno nunca vuelve a ser el mismo. Se transforma en una mejor versión, más sabia, más fuerte, más consciente, más madura. ¿Podemos volver a equivocarnos? Por supuesto que sí. Pero probablemente serán errores diferentes, nuevos aprendizajes que se acumularan en nuestro equipaje y ayudarán a que pase lo que pase, no dejemos nunca de crecer.

Tags:amorautoestimaconfianzaDependencia Emocionalpsicologarelaciones de parejasilvia congost
  • Comparte:
Silvia Congost

Buscar

Categorías

Últimas entradas

Relaciones reales: ¿cómo son de verdad?
28May,2025
Cómo no pedir disculpas
30Abr,2025
Banderas verdes o green flags en una relación, o ¿cómo construir vínculos saludables?
26Mar,2025
Registro | Iniciar sesión |

Login with your site account

Lost your password?

Not a member yet? Register now

Nuestros centros

Madrid

C/ Bretón de los Herreros, 55, 1F · C.P. 28003 Madrid · Cómo llegar
Metro: Gregorio Marañón L7 y L10
Teléfono: +34 910 375 776
Whatsapp: +34 647 430 862

Barcelona

C/ Balmes, 188 3º-1ª · C.P. 08006 Barcelona · Cómo llegar
Metro: Diagonal L3 y L5 · Ferrocarriles: Gràcia
Teléfono: +34 931 292 509
Whatsapp: +34 647 430 862

Girona

C/ Nou, 22. 2º A.· C.P. 17001 Girona · Cómo llegar
A 5 min de la Estación de Tren / Bus
Teléfono: +34 931 292 509
Whatsapp: +34 647 430 862

Contacto y redes

Teléfonos y Whatsapp

Teléfono Línea 1: +34 931 292 509
Teléfono Línea 2: +34 910 375 776
Whatsapp: +34 647 430 862

Horarios

De lunes a viernes de 09.00 a 20.00 h.

Redes sociales

Facebook
TikTok
YouTube
Instagram
LinkedIn

Especialistas en

Relaciones tóxicas
Autoestima
Terapia sexual y de pareja
Separación con hijos
Dependencia emocional

Secciones

Sesiones individuales
Grupos de Autoestima
GIRA: Objetivo Amarte
Equipo
Contrataciones
Libros
Agenda
Blog
Contacto

© Copyright 2022 Silvia Congost - Política de Cookies

  • Aviso Legal
  • Política de Privacidad
  • Condiciones Contratación
Gestionar el consentimiento de las cookies
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos. El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}