Atreverse a decir NO

¿Cuántas veces, en tu día a día, dices SÍ, cuando en realidad lo que quieres decir (porque así lo sientes), es NO?
¿Pasa esto muy a menudo en tu vida? ¿Cómo te sientes?
No hace falta que respondas, sé la respuesta: MAL. Saber decir NO cuando queremos decir NO es una clara señal de Autoestima.
Siempre digo que la Autoestima va estrechamente atada a la Seguridad. Cuando no nos atrevemos a decir lo que sentimos o pensamos, normalmente es por miedo a lo que piensen los demás de nosotros, por miedo al rechazo ajeno, por miedo a no ser incluido o bienvenido en el grupo… o sea por miedo… y ¿el miedo qué nos produce? INSEGURIDAD.
Cuando tenemos miedo, es porque no nos sentimos seguros, porque no confiamos en nuestro potencial, en nuestras capacidades… y la inseguridad hace que generemos dependencias. O sea, si yo soy inseguro porque creo que soy poca cosa o no valgo mucho, sentiré la NECESIDAD de gustar a los demás, de caerles bien, de que me acepten… y cuando NECESITAMOS algo o a alguien, ya hemos entrado en un mal camino.
En cambio, si conectamos con nuestro potencial, si aprendemos a sentirnos seguros con nosotros mismos, si somos plenamente conscientes de todo el repertorio de capacidades, de dones y aptitudes que cada uno tenemos en nuestro interior, entonces el resultado que obtendremos va a ser muy diferente.
Cuando uno quiere decir NO y dice SI, lo que está pasando es que no se está respetando a sí mismo. Le estamos dando prioridad al otro sin ser honestos con lo que sentimos. Es como cuando nos agreden, o recibimos maltrato psicológico, y nos tragamos aquello que nos dicen, sin reaccionar. Todo lo que vamos absorbiendo se queda en nuestro interior. ¿Qué pasa con esto? Todo este material, es una importante fuente de ansiedad que tarde o temprano empezará mostrar sus uñas. Podemos empezar a tener síntomas físicos, como malestares, problemas en la piel, alteraciones del sueño, cambios de humor, etc. Y lo peor es que llevado al extremo, podemos incluso generar una enfermedad.
Por esto es tan importante que nos respetemos. Que seamos muy honestos y sinceros cuando tengamos que tomar una decisión. Ante cualquier duda, deberíamos preguntarnos siempre:
–¿Qué es lo que siento de verdad, quiero hacer esto? ¿Me apetece ahora esto o no?
¿Lo hago por mí o para alguien más?
Debemos distinguir cuando nuestra decisión está tomada desde y para nosotros mismos, o cuando la tomamos para gustarle a alguien más o para buscar su aprobación.
En cualquier caso, cuando uno tiene una buena autoestima, no tiene miedo, y si lo tiene (ya que todos lo sentimos alguna vez), este miedo le ayuda a tomar la decisión con más fuerza, pero en cualquier caso le va a limitar ni mucho menos bloquear.
¿Te atreves a decir NO?