¿Aún hay amor en la relación? La respuesta está en la compasión

Si hay un hecho que nos ayuda a identificar si aún hay amor en una relación es la compasión. Es la compasión la que te mueve a compartir y a tratar de hacer la vida mejor a la otra persona. Cuando hay compasión, hay un amor más real y más sano. 

En una relación de pareja las emociones y necesidades de ambos juegan un papel fundamental; por eso es natural pasar por altos y bajos. Pero cuando hay amor con compasión, aquello que causa el malestar o sufrimiento jamás es provocado por la otra persona. Muy al contrario de lo que a veces se cree, cuando de verdad sufres por amor es porque sufres por el dolor de la otra persona. Cuando sufrimos por amor es porque sentimos esa compasión que nos mueve a tratar de aliviar el dolor del otro, casi de forma inconsciente, sin planteamientos. Sufrir por amor es cuando a ti también te duele el dolor de tu pareja.

La compasión no siempre se entiende de manera clara o en su totalidad en las relaciones románticas. Muy a menudo es asociada únicamente con el cuidado hacia los demás, pero debe ir más allá en las relaciones de pareja. Debe ser el fundamento del respeto, la confianza y la muestra de que en la relación aún hay amor.

Si tenemos claro que el amor no desaparece de un día para otro, sino que va desvaneciéndose poco a poco, ¿cómo podemos saber que aún hay amor en la relación? Identificar si sentimos esa compasión de manera mutua puede ser la clave de una relación sana.

Practicar estos 5 puntos de manera consciente y convertirlos en un hábito dentro de la pareja puede ayudarnos a conseguir una conexión más profunda y unos vínculos afectivos más fuertes:

 

  • Escuchar activamente: prestar atención plena a lo que la pareja nos está transmitiendo, sin interrumpir, ni juzgar.  Por tanto, implica nuestro interés por la conversación y por comprender el mensaje que se nos está trasladando y los sentimientos del otro.

 

  • Apoyar de manera tangible: es la compasión entendida como muestra de apoyo en acciones concretas, en la ayuda directa en tareas cotidianas como cuidar del otro, obtener un abrazo, dar unas palabras de aliento, etc. Estas pueden ser acciones muy poderosas para identificar que hay amor en la relación. 

 

  • Validar las emociones: incluso cuando no las entendemos completamente, aceptando la experiencia emocional de la otra persona, sin restarle importancia. 

 

  • Sentir autocompasión: es difícil sentir compasión con la pareja si nos castigamos y no hacemos por comprendernos y ser amables con nosotros mismos.  

 

  • Poner límites: como un acto de compromiso con las necesidades de cada individuo en la relación para fomentar el bienestar y una relación positiva. Si hay amor, se reconocen los límites propios y de la otra parte de la relación.

 

El amor se refleja en la preocupación por la felicidad y el bienestar de la pareja. Mientras que con la crítica constante se puede generar resentimiento y distancia, la compasión se centra en entender el contexto emocional y las necesidades o frustraciones detrás de las acciones, fomentando así el entendimiento y el perdón (sin juzgar).

Recuerda que al ser compasivos contamos con una herramienta poderosa, especialmente en momentos difíciles o cuando hay señales de desconexión en la pareja. Creamos un espacio de comprensión y entendimiento que fortalece la relación de pareja y nos permite hacer los ajustes necesarios para hacerla crecer a largo plazo. 

¿Qué opináis vosotros?

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Besos, Silvia.

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Silvia Congost