¿Cómo pasar página tras una ruptura?
Las rupturas amorosas son sin duda una de las situaciones que más nos hace sufrir a los seres humanos. Nos enamoramos, empezamos una relación y sentimos que aquello va a durar para siempre. Fantaseamos con la idea del amor eterno, de que ya podemos relajarnos y de que todo seguirá como en un cuento de hadas. De hecho esto es lo que nos prometen desde que somos pequeños, ¿verdad?
Pero la realidad está llena de cambios y de reveses inesperados. Nada es para siempre, todo empieza y acaba y también el amor. ¿Puede durar para siempre? ¡Sí, sin duda! Pero sin embargo, no es lo más frecuente en absoluto. Elegimos mal, no tenemos claro donde poner los límites, tenemos miedo a quedarnos solos y un sinfín de otros motivos que nos impiden ver las cosas tal y como son y hacen que nos engañemos a cambio de promesas vacías.
Un día la relación acaba y el mundo entero se nos cae encima. Nos hundimos y todo pierde el sentido que tenía. ¿Qué hacer? ¿Cómo enfrentarnos a una ruptura para atravesarla y reponernos lo antes posible? Es un proceso que queramos o no debemos hacer, pero cuanto más conscientes seamos de lo que necesitamos, antes lograremos volver a ver la luz.
7 pasos imprescindibles para pasar página después de una ruptura
Aceptar lo que ha sucedido.
De nada sirve que nos engañemos o que neguemos que aquello haya pasado de verdad. Muchas personas siguen con su vida como si no hubiera pasado nada. Es un grave error, porque los hechos son los que son y cuanto antes los asumamos mucho mejor.
Expresar lo que sentimos.
Debemos permitirnos expresar cualquier emoción con la que conectemos. Gritar, llorar desconsoladamente en la cama o en la ducha, expresar lo que sea hasta que nos quedemos tranquilos, una y otra vez, las ocasiones que haga falta.
Pasar página.
Después de habernos desahogado, es importante que llegue un momento en el que toquemos fondo y decidamos pasar página. Dejar de repetirnos las mismas cosas y hacernos las mismas preguntas. De otro modo, sentiremos que estamos atascados en un punto del que no podremos salir. Hay que parar el pensamiento y esforzarnos en mirar hacia otra dirección.
Soltar cualquier esperanza.
No podemos seguir alimentando la esperanza de que quizás…algún día….habrá un cambio…se dará cuenta…etc. Eso no nos ayuda en absoluto. Todo lo contrario, nos aísla aún más y evita que podamos continuar hacia adelante.
Perdonar.
Perdonar es soltar, es dejar ir, es aligerar la carga. Perdonar es madurar, es crecer, es decidir hacerlo no para el otro, sino para nosotros mismos. Perdonando al otro nos liberamos nosotros mismos.
Fortalecer la autoestima.
Cuando nos han abandonado, nuestra autoestima es la primera que se ve dañada. De repente nos sentimos como lo peor, lo más feo, tonto, poco valioso y más prescindible del mundo. El hecho de que la otra persona nos deje, de que prefiera estar sin nosotros o peor aún, que nos deje por alguien más que considera que es mejor, es absolutamente devastador. Hacer un proceso para fortalecernos y recuperar el amor, el respeto y la admiración hacia nosotros mismos, es imprescindible.
Establecer metas.
Una de las sensaciones más frecuentes al atravesar una pérdida es sentir que vamos a la deriva. Todo pierde el sentido, nada nos importa ya y no sabemos hacia donde seguir con nuestra vida. Establecer nuevas metas a partir de ese punto, es imprescindible para seguir adelante, pasar página y poder continuar con nuestro proceso de crecimiento.
Os comparto el programa A punto con la 2, dónde cuento cómo superar una ruptura de pareja