Dependencia emocional II
Siempre digo que la Dependencia Emocional es una de las adicciones con las que más sufren los seres humanos que la experimentan y precisamente por esto, porque es una fuente de dolor, impotencia, frustración e infelicidad inmensa, decidí especializarme en ello.
Aunque a menudo, cuando uno lo vive, parece que es literalmente imposible salir de allí, NO ES ASÍ. Se puede salir, esto no debemos olvidarlo jamás.
Cuando uno es “adicto” a algo, esta adicción genera una pérdida de la libertad. Dejamos de ser libres, puesto que “dependemos”, “necesitamos” ese algo para estar tranquilos, para sentirnos bien, en paz. Aunque ese ´algo` sea de lo más dañino, y aunque lo sepamos perfectamente, es más fuerte que nosotros. Perdemos la capacidad de decidir, de expresar, de poner límites, de decir NO.
Poder decir NO, cuando eso es lo que sentimos, es uno de los pilares más importantes de la Autoestima. Cuando sufrimos en silencio, inmersos en una relación de Dependencia Emocional, perdemos esa capacidad, y simplemente acatamos, aceptamos lo que diga o decida el otro, aunque en nuestro interior sintamos la tristeza más grande del mundo. Tristeza precisamente porque no nos permitimos ser `nosotros mismos´, no permitimos expresarnos, mostrarnos sin miedo.
El miedo es precisamente una de las emociones que más peso tiene en estos casos. Miedo a no gustarle al otro, miedo a que prefiera a otra persona, miedo a que nos engañe, miedo a no ser suficientes, a fallarle… en definitiva, miedo al abandono, a la pérdida de esa persona a la cual sentimos que `necesitamos´ como el aire que respiramos.
Y lo más curioso es que nuestra intuición, nuestra parte más sabia nos pide a gritos que reaccionemos, que seamos nosotros de una vez, que no necesitamos a NADIE para ser felices, que podemos mostrarnos sin miedo… y alguna vez la escuchamos, y otras no…
Yo pienso que toda persona que sufre Dependencia Emocional, lo sabe (lo admita o no). A veces, lo que pasa es que el Miedo que sienten es tan grande que les impide aceptarlo. Prefieren seguir sufriendo, a tomar una decisión que les costará muchas lágrimas hasta atravesar todo el proceso. Y esto, evidentemente es un error. Decidir renunciar a la libertad, a ser uno mismo, a la felicidad, es siempre un error, puesto que Todos podemos conseguirlo. TODOS tenemos la capacidad para superar cualquier situación, por muy dolorosa y costosa que sea. Solo se necesita:
–ser consciente de lo que pasa
-y que haya un deseo de cambio
A menudo se necesita mucha valentía para hacer un cambio importante en nuestra vida. Pero esa fuerza, esa capacidad, la tenemos TODOS, los que lo crean y los que no.
No debemos olvidar que los CAMBIOS son oportunidades, posibilidades de CRECIMIENTO, de renovarnos, de dar nuevos pasos, de potenciarnos.
Y es que quizás no nos damos cuenta de lo más importante: tenemos esta vida para conseguir todo aquello que deseemos, para darnos cuenta de hasta dónde podemos llegar, para disfrutar haciendo aquello que nos guste, que nos haga felices, para conocer personas extraordinarias, para experimentar, y sobre todo para VIVIR, libres, sin `necesitar´ a nadie. Podemos DECIDIR compartir nuestra vida con una persona determinada, porque hace que nuestros días sean mejores, pero siempre teniendo claro que NO le necesitamos. Lo elegimos, pero teniendo claro que con esa persona, jamás renunciaremos a ser nosotros mismos.
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