Discutir con conciencia -Relaciones de Pareja
Ana solo podía darle vueltas al mismo asunto…cómo era posible que Juan hubiera preferido ir a ver las carreras en la habitación, en vez de compartir aquel paisaje frente al mar, en la terraza de un hotel de lujo, con un entorno paradisíaco…y con ella…¿cómo era posible que prefiriera las carreras de coches antes que disfrutar de su compañía?
Y lo peor de todo es que Ana no se daba cuenta que mientras sus reiteradas preguntas tomaban fuerza, ella tampoco estaba disfrutando de la belleza natural que tenia ante sus ojos y que tanto le gustaba…y además, su indignación, su rabia e incluso su odio hacia Juan crecían a pasos agigantados.
Finalmente, se fue a la habitación donde lo encontró relajado con una cerveza fría, frente al televisor.
– ¿Qué tal cariño? Le preguntó Juan, feliz y contento de verla
Ella se puso a gritarle y acabó llorando desconsoladamente. Juan, no entendía nada, y acabó también enfadado y con una sensación de que hiciera lo que hiciera, a ella le indignaría.
Para la persona que vive en el lugar de Juan, no es fácil ponerse en el lugar del otro, sobretodo porque su propia personalidad está siendo cuestionada. Hay muchos Juanes y muchas Anas en las relaciones de pareja, y eso es solo un pequeño ejemplo de cómo a menudo no le dejamos al otro, ser él mismo. Cómo nos enfadamos en nuestra mente, por cualquier tontería, y dejamos que ese enfado vaya creciendo hasta convertirse en tóxico en nuestro interior. Luego lo escupimos encima de nuestra pareja y ahí queda…
¿Qué podía haber hecho Ana en esa situación?
– Si es que para ella era especialmente importante que Juan se quedara, se lo tendría que haber dicho, dándole una explicación coherente para él, y seguramente lo hubiera comprendido. Podía ser que se sintiera mal por algún motivo o que quisiera hablar de algo con él, etc.
– Si ella se daba cuenta de que simplemente quería que él se quedara porque si, porque eso era lo que ella deseaba, también podría haber hecho el esfuerzo de valorar la posición de Juan, de ponerse en su lugar. A él le gustaban mucho las carreras, estaban pasando unos días de ensueño, ella estaba frente un escenario natural bellísimo, ¿por qué motivo no podía disfrutar de ese momento ella sola? ¿Qué era lo que estaba sintiendo en realidad?
En este caso, el problema de Ana no era Juan ni su conducta. En realidad el conflicto venía porque la conducta de él, hacía que ella conectara con sus propias carencias e inseguridades. Con su baja autoestima. En ocasiones de ese tipo, nuestro razonamiento inconsciente es:
Prefiere mirar las carreras antes que estar conmigo = No soy nada importante para él
Y cuando piensa que le importan más las carreras que ella misma, le invade una profunda tristeza, una sensación de abandono, empieza a sentir su inseguridad, lo poco valiosa que es y su autoestima se desmorona.
Estas situaciones de conflictos en la pareja, a menudo se van encadenando unas con otras y nos llevan a que tengamos que salir de la relación (la persona que está en el lugar de Juan). Llega un punto en el que ya estamos tan cansados de no poder ser nosotros mismos, de no poder actuar de manera espontánea por el miedo a que el otro lo interprete mal o se sienta herido/a , que quedamos absolutamente agotados.