El caso de Elisa
Aquella mañana fría de Febrero Elisa volvió a sentir que caía en el precipicio, que su mundo se le venía encima. No podía estar ocurriéndole aquello otra vez. Era incapaz de aceptarlo, de asimilarlo, de digerirlo. Y se dejó llevar por la desdicha y la pena. Se enfundó su traje de víctima y empezó de nuevo con las amenazas y los pensamientos auto destructivos Volvió a hacerse daño a si misma y a encadenarse con las quejas y el llanto más desolador.
Elisa acababa de salir de una dependencia emocional muy fuerte, debida a enormes carencias afectivas que sufrió en su infancia. Acababa de salir de allí con gran esfuerzo y entró en un estado de fortaleza y vitalidad muy grandes, típico del que se reconstruye a sí mismo y vuelve a entrar en contacto con lo que es en realidad (muy diferente de lo poco que creía que era). A pesar de saber que tenía que estar un tiempo sola para asimilar todo lo que le había pasado (el maltrato psicológico recibido por parte de su última pareja, la falta de valores en común, las peleas, la ansiedad, etc.), conoció a Vicente. Apareció en su vida de repente y aunque ella al principio tenía claro que quería ir despacio, él la llenó de cariño y palabras bonitas, con lo cual ella acabó cediendo y dejándose llevar.
Creyó en aquella historia porque él le iba demostrando que estaba muy interesado en ella y que quería ir a por más. Ella disfrutó de aquellos meses, y eso está bien. Todo fue mágico, hasta que al cuarto mes de relación se entera que Vicente tenía una relación paralela con otra mujer. A partir de allí fue indagando y se dio cuenta que era cierto y era desde el principio.
Elisa quedó en estado de shock. Tardó semanas en asimilar aquella desgracia (así es como ella lo vivía) y cada vez estaba peor. Su autoestima se hacía pequeña, sus ilusiones iban desapareciendo y los pensamientos obsesivos empezaron a salir de su escondite.
En un caso como éste, si no se trata de una persona con tendencia a la dependencia emocional, se habría ido lo más lejos posible y habría cortado el contacto con él de inmediato. Por dignidad, no hace falta ninguna explicación al respecto. Si solamente llevamos cuatro meses juntos, y los cuatro meses nos ha estado engañando, qué importancia puede tener: que estuviera intentando cortar con la otra pero no lo había podido hacer; que la otra le amenazaba que si la dejaba se iba a hacer daño, que no la quiere a la otra, etc
Esto no debería tener LA MÁS MÍNIMA IMPORTANCIA y no deberíamos ni escuchar ninguno de los argumentos que esa persona tenga para justificarse. No hay justificación para eso.
En vez de alejarse, Elisa lo escuchó. Y no solo eso. Además le dijo que si de verdad la quería, se lo demostrara dejándole claro a la otra que él estaba con ella. Evidentemente él no lo hizo, pero y si lo hubiera hecho ¿Qué? ¿Habría vuelto con él?
Una persona que actúa así nada más conocerle, nos da muchísima información de cómo es, de cuales son sus valores y de qué tipo de relación nos espera si decidimos seguir a su lado. Va a ser un suicidio.
Elisa tenía que darse cuenta de que su conducta no era racional en absoluto (cuando le pedía que hiciera aquello), ya que no había nada que pedirle ni nada de qué hablar, y a parte su conducta era destructiva para sí misma: volvió a fumar de nuevo, dejó de ir al gimnasio, no se arreglaba, no quería ir a trabajar, se encerró en casa, etc…es decir, empezó a hacer todo lo que no tenía que hacer. Lo opuesto de lo que necesitaba en realidad.
Y todo ello fue porque seguía en contacto con él. Ese era el paso que con más urgencia debía arreglar: cortar el contacto. Cada vez que hablaba con él, se veía afectada por la manipulación (siempre pasa), con la cual él la hacía dudar diciéndole que él la quiere y que tiene claro que quiere estar con ella…pero recordad que no podemos olvidar mi frase: tápate los oídos y MIRA. Por mucho que diga o que pretenda vender, ¿qué es lo que vemos? ¿Qué es lo que ha hecho? Y eso…¿qué nos demuestra entonces? Eso es lo único que debemos tener en cuenta.
Si nos ha mentido tanto tiempo, si en los primeros meses de la relación ya se comporta así, no hay nada mas que hablar, jamás seremos felices allí.