El caso de María
Esto es lo que le pasó a María, una mujer que después de quince años de matrimonio empezó a ver a su marido muy triste, distante y desilusionado. Un día le dijo que ya no la amaba y que no quería seguir a su lado. Ella sintió que su mundo se le caía encima y reaccionó de la peor manera. Sufría dependencia emocional, con lo cual empezó a suplicarle de todas las formas posibles que no la dejara.
Ella se obsesionó en que aquello le pasaba por problemas en el trabajo y que ella le ayudaría a superarlos. Él no dejaba de repetirle que se fuera de casa (era de él) y le dejara tranquilo, pero ella no lo aceptaba de ninguna manera. Empezó a tratarla mal, a menospreciarla y a ningunearla, pero ella iba aguantándolo todo. Estuvieron así más de un año. Después de ese tiempo, ella poco a poco empezó a cambiar, volviéndose más fría y distante, y fue en aquel momento cuando decidió venir a verme, porque no se sentía bien.
De entrada, María me contaba su historia como si estuviera hablando del gran amor de su vida, a pesar de que al ir profundizando se iba dando cuenta de que en realidad él nunca la había tratado bien, nunca la había querido y en consecuencia, ella a él tampoco. Vio que él no encajaba para nada con el tipo de persona que ella quería a su lado: no le gustaba cómo trataba a sus amigos, despreciaba a los demás, solo estaba obsesionado con su trabajo y en cómo ganar más dinero, y valoraba a la gente por su nivel económico. Era un hombre déspota, racista e intolerante. Y María no era así. Admitía tener cierto miedo a dejarle por perder el tipo de vida y las comodidades que ahora disfrutaba, pero veía cada vez más claro que aquello no era para ella.
Fue justo cuando dejó de luchar para conseguir su amor, cuando fue consciente de que en realidad no le amaba.
Aun así, el miedo a dejarle la paralizaba, porque a su lado, su autoestima se había visto muy afectada. Tuvimos que hacer un proceso para que volviera a creer lo valiosa que era, y así, poco a poco, fue adquiriendo la seguridad necesaria para salir de allí.
Una vez fuera, su principal sorpresa fue ver que todas las personas que la querían, incluidos amigos comunes de la pareja, le decían que no podían entender por qué no lo había hecho antes, ya que desde fuera estaba muy claro que ella no era feliz. Nadie comprendía por qué estaban juntos, ya que no encajaban absolutamente en nada y no tenían nada en común.