¿Estás en párvulos o te comportas conforme a tu edad?
¿En qué momento una relación empieza a convertirse en un vínculo entre dos personas que, por su forma de actuar, parece que ni siquiera han llegado a la adolescencia? ¿Un vínculo entre dos personas que parece que aún están en párvulos?
Pues bien, la respuesta es de lo más sencilla: justo en el momento en el que empiezan a comportarse como si fueran niños de 6 y 7 años, en vez de hacerlo como personas maduras, cuyas conductas sean las propias de la edad que tienen.
Justo ayer, una paciente me explicaba una situación que, a decir verdad, he escuchado infinidad de veces:
Hace dos semanas que no hablamos, pero anoche cambió su foto de perfil y puso una que le hice yo en ese viaje al Himalaya… es una foto que sabe que a mí me encanta, seguro que la ha puesto para que yo la vea.
O también podría ser esta:
Ha cambiado el estado de WhatsApp y ha puesto “Mirando hacia nuevos horizontes”. ¿¿¿Qué significa esto??? ¿Quiere que sepa que ya no piensa en mí? ¿Que ya tiene alguien más? ¿De qué va poniendo esto?
O…
Ha puesto este mensaje en Instagram y yo he decidido poner este otro, para que se dé cuenta de que no me voy a quedar de brazos cruzados, de que paso totalmente de él/ella…
Y a mí, con todo esto tan escandalosamente infantil, me dan ganas de decir: ¿perdona? ¿quién se supone que pasa de quién? ¿qué estamos haciendo?
¡De verdad, que estas conductas me sacan de mis casillas! Entiendo a la perfección lo que sucede, pero siento un impulso irrefrenable de ayudar a la persona que tengo delante a salir de ese papel tan invalidante!
Cuando entramos en ese juego de niños pequeños, estamos perdiendo nuestra libertad (además de nuestra dignidad, por supuesto).
Nos obsesionamos en lo que la otra persona hace o deja de hacer, lo que escribe, lo que significan sus palabras, el sentido oculto que solo nosotros podemos descifrar de sus mensajes, de sus fotos, de sus reacciones, etc… En definitiva, es para acabar totalmente desquiciados.
Vivimos por y para el otro y si se supone que debemos pasar página, está claro que esto no nos va a ayudar a avanzar en esa dirección. En absoluto. Conseguiremos justo lo contrario.
Es por este motivo que hacer contacto 0 cuando acaba una relación cuyo final no ha llegado de forma voluntaria por parte de ambos miembros, decidida de forma consciente y madura, es algo necesario y altamente recomendable.
Hacer contacto 0 significa no saber nada de nada de lo que hace, dice, escribe o le pasa a la otra persona. Hacer como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra durante un tiempo. Eso es muy sano para poder hacer el proceso de duelo correctamente y en la mayor brevedad de tiempo posible.
Cuanto menos contacto tengamos, más rápido nos recuperaremos de la ruptura de pareja. Así de simple, para quien quiera probarlo.
Cuanto más sepamos y más contacto tengamos (ya sea directo o indirecto), más nos va a costar pasar página y estar preparados para una nueva relación.
¿Qué eliges tú?