La 3ª persona (Dependencia Emocional)
Casi la totalidad de las personas que sufrimos en una relación de Dependencia Emocional, en algún momento atraemos a nuestra vida, una 3ª PERSONA.
Este nuevo personaje, tiene una única misión para nosotros: ayudarnos a que miremos hacia otro lado, hacia fuera de nuestra relación, a que volvamos a conectar con el mundo que nos rodea, el mundo de las posibilidades, de los cambios, de la LIBERTAD. Y si esta 3ª persona tiene suficiente fuerza, incluso puede que consiga sacarnos fuera de nuestra relación adictiva.
Normalmente, vemos en él todo aquello que deseamos y no encontramos en el otro. Nos centramos en estos aspectos y lo vemos como si fuera un IDEAL. Nos llena de magia, de ilusión, de nuevos sueños. Pero…
¿Qué pasa cuando este 3º se hace presente?
Lo más frecuente es que:
-Nuestra pareja acabe sabiendo de su existencia y esto genere un conflicto importante en la relación.
-Que al saberlo la relación se rompa completamente
-Que una vez la pareja se rompe, iniciemos una nueva relación con esta nueva persona, pero… NO FUNCIONA.
¿Por qué no funcionará?
Tal y como hemos comentado, lo atraemos a nuestra vida (de manera inconsciente, claro) únicamente para que nos ayude a salir de donde estamos, pero no porque sea la persona que de verdad deseamos para compartir el resto de nuestros días.
No podemos olvidar, que “lo escogemos” y “lo atraemos” (inconscientemente) estando nosotros en una relación de dependencia, estando enganchados a otra persona… y como podéis imaginar, desde ahí no podemos tomar decisiones de una manera muy clara, consciente y libre.
A menudo, el resultado de todo esto es que aparte de lo que tenemos que sufrir para salir de nuestra adicción, después tenemos que sufrir porque vemos como sufre esta tercera persona, que lo más probable es que esté honestamente ilusionado con el inicio de su relación con nosotros.
Pero de nuevo, no nos engañemos… lo más probable, es que esta nueva relación no funcione. No en este momento.
Nos guste o no, somos dependientes de otro. No podemos soltar esa dependencia de un día para otro por mucho que se nos cruce por delante el más azul de todos los príncipes.
¿Cómo superarlo?
Primero tenemos que atravesar todo nuestro proceso de `deseganche´ hasta el final. Con las subidas, las bajadas, la melancolía, la fuerte necesidad, las recaídas y la asfixia que provoca necesitarlo y saber que `no debemos´, que `tenemos que aguantar´, que ser fuertes… es muy duro, cierto, pero hay que pasarlo, no hay alternativa si queremos recuperarnos.
Solamente así, con fuerza de voluntad, razonamiento y conciencia conseguiremos llegar al final del túnel. Solo así podremos volver a inhalar aire fresco, sentir una inmensa paz interior y lo más importante, saber que volvemos a ser LIBRES.
Es cuando lleguemos a este punto, que podremos empezar una nueva relación de pareja con alguien a quien escojamos. Si hemos hecho todo el proceso correctamente, sabremos cómo queremos que sea esta otra persona, qué valores buscamos en él y cómo vamos a continuar siendo nosotros. Tendremos claro qué es lo que vamos a aceptar y lo que no toleraremos.
A todos aquellos que estéis viviendo un proceso de `desenganche´, que estéis entrando o en medio del duro proceso de soltar la dependencia emocional, espero que seáis muy conscientes de lo valientes y lo fuertes que sois, y recordad que si continuáis mirando hacia adelante y soñando con vuestra libertad, va a ser la recompensa que vais a encontrar muy pronto, al final de este camino.