La trampa del amor propio: ¿te estás cuidando o estás huyendo?

Cada vez hablamos más de amor propio y eso es una buena noticia. Cultivar una relación sana con uno mismo es una de las bases más importantes para tener vínculos emocionales saludables, pero en ese camino de aprender a cuidarnos, a veces, podemos confundir autocuidado con evitación o aislamiento.
Son muchas las conversaciones que giran actualmente sobre el autocuidado, pero realmente ¿entendemos qué significa? ¿O estamos cayendo en una versión superficial que nos aleja del verdadero amor propio y el cuidado emocional y nos lleva a la evasión, la defensa y el aislamiento?
Con este post quiero ayudarte a entender esta trampa del amor propio mal entendido para que puedas distinguir cuándo te estás cuidando de verdad y cuándo estás usando ese discurso para evitar algunas situaciones, quizás sin darte cuenta.
¿Qué es realmente el amor propio?
El amor propio no se trata solo de rutinas de bienestar, afirmaciones frente al espejo o aislarte de lo que te incomoda, aunque también pueda ser beneficioso. Es una práctica profunda y consciente que implica:
- Escucharte con honestidad.
- Reconocer lo que necesitas y lo que evitas, sin juzgarte.
- Saber cuándo poner límites sanos desde la calma.
- Cuidar de ti sin perderte en el aislamiento.
- Conocerte y aceptar tus luces y tus sombras.
- Tomar decisiones alineadas con tu bienestar emocional, no solo con lo que te da placer inmediato.
- Afrontar situaciones difíciles con compasión, pero también con responsabilidad.
- Tener compasión con uno mismo, incluso al cometer errores.
¿Puede ser el amor propio una excusa?
A veces, bajo la excusa del “me estoy cuidando”, tomamos decisiones que, en el fondo, son formas de huir o no confrontar con situaciones incómodas. No debemos justificar en nombre del amor propio conductas que en realidad nos alejan de nuestra capacidad de conectar con los demás y no sólo con nosotros mismos.
Algunos ejemplos:
- “No quiero hablar del tema porque me hace mal”, aunque sea una conversación importante con tu pareja, amigo o familiar que podría sanar un vínculo.
- “No respondo mensajes porque me estoy priorizando”, pero en realidad estás evitando una conversación incómoda.
- “Me alejo de todo lo que me molesta”, aunque eso signifique renunciar a relaciones valiosas.
¿Te suena familiar? No es raro ver en terapia cómo este malentendido genera más soledad que bienestar en este tipo de actitudes que pueden parecer autocuidado, amor propio, pero que muchas veces esconden mecanismos de evitación emocional.
¿Estás cayendo en la trampa del “falso amor propio”?
Observar tus motivaciones es clave para diferenciar un amor propio real de uno que solo sirve para evitar el dolor:
- Sientes alivio inmediato, pero a largo plazo hay malestar, incomodidad o culpa.
- Justificas tus decisiones con frases como “me amo demasiado como para aguantar esto”, pero sin haber reflexionado sobre lo que ocurrió.
- Evitas el conflicto siempre, creyendo que eso es “protegerte”, pero terminas acumulando emociones.
- El “cuidarte” implica alejarte de todo, incluso de quienes te quieren bien.
- Tus límites son más muros que puentes: no permiten diálogo, solo distancia.
¿Cómo cultivar un amor propio consciente?
El verdadero cuidado emocional es un proceso saludable. No se trata de hacerlo todo perfecto, no debes juzgarte, sino observarte con cariño y compasión. Aquí dejo algunas claves para fortalecerlo de forma sostenible y profunda.
- Revisa tus decisiones: debes sentirte bien con tus decisiones a largo plazo, no sólo al principio.
- Abre espacio para lo incómodo: reconocer lo que sientes, aunque no sea cómodo, también es autocuidado.
- Pon límites desde la paz: nunca desde la rabia o el cansancio acumulado.
- Apóyate en otros, eso no debilita tu amor propio sino que lo enriquece.
- Construye relaciones sanas: tener una buena autoestima no está reñido con la responsabilidad afectiva. Se nutren mutuamente.
- Haz pausas conscientes: antes de tomar una decisión, pregúntate si lo haces desde el miedo o desde el amor.
- Busca apoyo profesional: a veces necesitamos una guía que nos ayude a distinguir entre protegernos y escondernos.
- Acepta que a veces te equivocarás: eso no te hace menos valiosa/o. Forma parte del proceso de crecer.
En resumen:
El amor propio no es rígido ni perfecto: a veces implica poner límites, otras veces abrirse al diálogo. Lo esencial es actuar desde la conexión contigo, no desde el miedo a sufrir. Cuando te cuidas de verdad, creces, te transformas y tus relaciones también sanan.
¿Cómo lo vives tú?
Besos, Silvia.
CÓMO PODEMOS AYUDARTE
- Un libro: Autoestima automática de Silvia Congost para creer en ti y alcanzar tus metas.
- Los Grupos de Autoestima de Silvia Congost. Descubre las nuevas fechas.
- Un vídeo curso: Fortalece tu autoestima.
- Un evento: la Gira Objetivo Amarte 2025. ¡Consigue ya tu entrada!
- Con nuestro método de terapia breve, en la mayoría de casos en menos de 10 sesiones se alcanzan los cambios que uno necesita. Puede ser presencial u online.