Lágrimas de acero – Un caso de dependencia emocional

No acostumbro a hacerlo, pero en el post de esta semana, quiero compartiros el testimonio que he recibido de una mujer maravillosa, que después de estar «dormida» muchos años en una relación tóxica y sufriendo una dependencia emocional muy fuerte, consiguió despertar. Despertó porque quería ser feliz, porque en el fondo se quería más que a nadie en el mundo y porque aunque ni ella misma fuera consciente de ello, estaba dispuesta a luchar hasta la saciedad por conseguirlo.
La recuerdo salir destrozada de cada sesión, presa de su guerra interna entre las dos partes de su cabeza: la que quería escapar y ser libre y feliz, y la que no quería perder a su pareja porque le necesitaba. Pero a pesar de ello venía de nuevo, siempre volvía. En sus ojos no quedaba ninguna duda de que quería conseguirlo, aunque sus actos quisieran demostrar lo contrario al no acabar de soltarle a él.
Es la historia de una mujer fuerte (como todas lo somos), que no se dejó vencer. Estuvo a punto de perderlo todo, pero en realidad nunca dejó de creer en ella misma. Siempre supo que podía conseguirlo. Y LO CONSIGUIÓ.
Esta es la historia de Gloria, una mujer con lágrimas de acero:
<<Después de recorrer durante años y años varios psicólogos, a dos metros de casa tenía a la persona que me ayudó a sentirme comprendida, la persona que ayudó a no sentirme perdida. Allí estaba Silvia.
Mantuve una relación de dependencia emocional durante 17 años. Aparté a mi familia, a mis amigas, hasta que me abandoné a mí misma, a mis proyectos, a mí yo….Creo que mi relación nunca fue una relación sana, ya que desde bien jovencitos todo eran problemas, discusiones, y piedras en el camino…. Yo sabía que aquello no funcionaba pero tenia la esperanza de que todo cambiaría. Que era yo quien debía cambiar para que aquella relación funcionase porque eso es lo que mi ex pareja me hacia creer….”es que tu carácter, es que no eres sociable, es que no eres cariñosa, es que no sabes querer”…. Es que…. Es que….
La culpa era mía por creérmelo, ahora lo sé, pero en aquel momento me sentía perdida, no quería esa relación pero tampoco quería estar sin él…. Los años pasaban y cada vez mi cuerpo se sentía peor, siempre estaba enferma, jaquecas horribles, ansiedad, parálisis faciales, sangrados de nariz, hasta llegué a tener un acné horrible durante tres años para el que tuve que hacer un tratamiento muy fuerte….pero aún así, no era capaz de dejar esa relación, esa relación que me consumía cada día , esa relación en la que no era feliz, en la que no me sentía apoyada, ni querida. Él siempre que discutíamos decía que no quería estar conmigo y yo le lloraba y le suplicaba que no me dejase y él cogía la puerta y se iba. Pero después, pasadas unas horas, cuando quería tener relaciones sexuales volvía como si nada y allí estaba yo, como un perrito para él, en cualquier momento, aunque él hubiese estado todo el día pasando de mí, ignorándome o se hubiese ido a cenar con alguna amiga o con sus amigos, aunque me dijese: no quiero seguir contigo, para eso sí que le servía, y yo por tenerlo un rato a mi lado cedía…..después me sentía peor que nunca, porque me sentía utilizada, pero yo lo había permitido.
En casa nunca hacía nada todo se lo hacía yo y no podía recriminarle nada porque si no, me decía que no tenía ganas de discutir ese día. Así que el día que me sentía más fuerte, le recriminaba que no había hecho las cosas que debía, y él se enfadaba y me dejaba de hablar y yo le pedía perdón una y otra vez hasta que me perdonase.
Perdonarme ¿de qué?
Mi cabeza sufría una contradicción interna que no sabía por dónde coger, hasta que apareció Silvia: un rayo de luz en un túnel sin salida, esa fue mi sensación.
Mentía a mi familia, a mis amigas, incluso a Silvia en alguna ocasión, ¿qué absurdo verdad? Creo que no me daba cuenta que a la que engañaba era a mí misma. Hasta que abrí los ojos de una manera que nunca pensé que ocurriría….
Superar la dependencia emocional en una relación tóxica de pareja
Con Silvia hicimos varias sesiones, y la verdad es que gracias a ella avancé mucho…. Creo que por mi cambio de actitud hacia él, como me pautaba Silvia, él decidió finalmente marcharse de casa. Se fue el mes de Abril y volvía una vez por semana para seguir manipulándome y yo deseaba que llegase el viernes que era el día que volvía para verlo y estar con él aunque después de marcharse estaba otra vez en esa misma espiral sin salida, hasta que un sábado me lo encontré con otra… y ahí se paró el mundo para mí. Quería morir, creía que nunca llegaría a sentir lo que estaba sintiendo en ese momento, sentía que no podría seguir viviendo sin esa persona, esa persona que me hacia sentir humillada, pisoteada, una persona que me hacia sentir que no valía absolutamente nada. Ssuena irónico, ¿verdad? Creo que pasé dos días llorando sin parar…. Y EN ESE INSTANTE , ABRÍ LOS OJOS….. ¡Cómo había permitido todo eso!!! Casi pierdo a muchas personas importantes en mi vida, a algunas de mis mejores amigas, por mentirles, por no pedirles ayuda antes…suerte que aún las conservo.
He perdido los años más bonitos de la vida de una persona, que es la juventud, pero esto me ha servido para no volver a perder ni un instante más de mi vida, ahora me siento liberada.
Aunque a día de hoy no estoy recuperada al 100% cada día me siento mejor y sé que es lo mejor que me ha podido pasar en la vida y espero algún día poder darle las gracias.
A quien si quiero agradecer a día de hoy enormemente su ayuda, paciencia y cariño, es a Silvia, gracias por confiar en mí, incluso cuando yo había dejado de hacerlo, de verdad, gracias por ayudarme a salir de ese pozo sin salida, en definitiva, gracias por alumbrar mi camino.
Nunca dejéis de ser vosotros mismos…. Un abrazo.>>
Gloria M