¿Pastillas para la Autoestima?
Es muy triste, pero cada vez nos parece más normal que las personas solucionen sus problemas anímicos, a base de pastillas. Los ansiolíticos se han convertido en uno de los fármacos más vendidos en las farmacias, y la mayoría de los consumidores, no tienen ni idea de la dependencia que estos generan, ni de que así no están solucionando su problema.
Debido a la masificación de las consultas psiquiátricas y psicológicas de la seguridad social, no se dispone del tiempo suficiente para atender de manera adecuada a cada persona, y evidentemente, es más fácil hacer una receta e ir a por el siguiente. La persona se va a su casa con las pastillas y se cree que así va a solucionar su problema (cuando solo desaparece el síntoma, temporalmente)
Se cataloga a las personas como “enfermos” y por eso se les da medicación: para llenar el vacío o disfrazar las emociones negativas y que así no molesten.
Para que me comprendas mejor, imagina que tienes un dolor muy fuerte en una muela y te tomas un analgésico. De momento se te pasa, pero si te dolía tanto, seguramente es porque el nervio está dañado o porque hay algún otro motivo. Cuando se vaya el efecto de la pastilla, el dolor volverá y quizás será más agudo. Debes ir al dentista y que vea porqué te pasa esto, qué lo está causando y te lo cure, para que tu diente vuelva a estar sano y fuerte. No se solucionará tu problema solo por qué te vayas tomando pastillas, ¿no?
Pues bien, si una persona se siente mal, está muy triste o deprimida, si tiene mucha ansiedad, si no sabe qué elegir, si le está costando superar el duelo de una pérdida, de una ruptura o de lo que sea… Si a esa persona le damos un ansiolítico, o un antidepresivo, vamos a poner un parche a sus síntomas, es como si les tapáramos la boca a las emociones. ¡No! Si estás sintiendo todo esto, es porque ¡algo pasa en ti! Es porque hay algo que no has resuelto correctamente, algo te preocupa, algo te impide fluir en tu vida, avanzar, ser feliz. Son casos habituales en los que se sufre mucho, pero que con unas pocas sesiones de psicoterapia se hacen cambios muy grandes, rotundos, se fortalece el problema desde la raíz, la persona aprende de su experiencia, comprende sus síntomas y decide con autoestima hacia donde quiere seguir.
Yo siempre insisto en que a todas las personas les beneficiaría mucho hacer un proceso de Crecimiento Personal, pero si estamos en una etapa en la que no nos sentimos bien, mucho más. Debemos hacerlo por nosotros, porque nos lo merecemos, porque somos LO MÁS IMPORTANTE QUE TENEMOS, debemos comprender qué es lo que hay, qué es lo que nos está afectando, lo que nos está generando malestar en nuestro interior, en nuestro corazón o en nuestra mente.
Nuestras emociones son las que nos indican lo que hay dentro de nosotros. Si son positivas, es que todo está bien. Pero si son negativas, ellas son la voz que nos indica que debemos hacer algo, que debemos cambiar algo, ya sean nuestros pensamientos o nuestras conductas. Y está claro que si no las escuchamos, o si les tapamos la boca, no nos vamos a dar cuenta de lo que hay, y el problema se irá haciendo grande hasta que quizás ya no lo podamos controlar. Habremos perdido mucho tiempo de nuestra vida sin vivirla realmente.