¿Qué ocurre cuando tenemos una baja autoestima?

Cuando nos damos cuenta de las múltiples consecuencias que tiene en nosotros el hecho de no tener una buena autoestima es cuando más conciencia adquirimos de lo importante que es.

Al tratarse de cómo nos sentimos con nosotros mismos y de nuestras creencias, lo llevamos dentro de nuestra cabeza dondequiera que vayamos y nos afecta en cada una de las áreas de nuestra vida: en la relación de pareja, en el trabajo, con los amigos, con nuestros objetivos… Y nos afecta produciendo en nosotros un enorme malestar, generando ansiedad, inseguridades y miedos.

Estas son algunas de las consecuencias negativas que podemos encontrar si tenemos una autoestima baja: 

  • Celos: estoy segura de que habrás sentido celos en algún momento de tu relación. Si bien es cierto que hay casos en los que los celos son comprensibles a consecuencia del comportamiento de otro o por hechos que nos demuestran que puede haber una infidelidad, la base de los celos está en el miedo a la infidelidad y a ser abandonado.  Si yo me siento segura de mí, si me siento capaz de salir adelante por mí misma pase lo que pase, si soy consciente de que soy importante y valiosa como ser humano, eso no me va a suceder. 
  • Perder oportunidades: otra de las temidas consecuencias de vivir con una autoestima demasiado baja es la de perder oportunidades. Cuando hablamos de dejar pasar oportunidades estamos hablando de no apostar por lo que de verdad deseamos, de renunciar a cambios, mejoras o retos por miedo a fracasar o a no estar preparados y a la altura, hablamos de escondernos y de ni siquiera intentarlo. 
  • Dependencia emocional: en mi libro ‘¿Amor o adicción?’ desarrollo en profundidad qué es la dependencia emocional, la incapacidad de renunciar a una relación en aquellos casos en los que es imprescindible que lo hagamos. Por ejemplo, cuando el otro ya no nos quiere o cuando estamos a su lado no nos sentimos realizados.
  • Aislarnos de los demás: en este punto me refiero a aquellos casos sin ningún problema a la hora de hablar o relacionarse con los demás y que a pesar de tener sus personas de confianza con quienes son ellas mismas, cuando se acerca el momento de abrirse y hacer nuevas amistades, experimentan cierta dificultad. Puede que hayan intentado relacionarse con gente nueva, pero al no haber conseguido crear vínculo estrecho con nadie, se cansan de hacer tanto esfuerzo.
  • Agresividad: los comportamientos agresivos también son una clara señal de baja autoestima. Las víctimas son las parejas o los hijos porque son quienes sufren y tienen que soportar esa agresividad puntual o habitual. En algunos casos muy poco frecuentes, la persona agresiva se da cuenta de que su conducta no es adecuada y pide ayuda para aprender a cambiarla.
  • Maltrato psicológico o físico: en estos casos podemos decir que ambas partes tienen un problema de autoestima (el maltratado y el maltratador). El maltratador lo tiene por el hecho de empequeñecer a la otra persona con autoconcepto muy bajo, se sienten débiles, vulnerables y poco merecedores de algo mejor. 

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Silvia Congost