Recupera tu Rumbo
Hay momentos, períodos, etapas en la vida de las personas en los que podemos sentir que estamos perdidos, que no encontramos nuestro rumbo y en los que tampoco tenemos fuerzas para tomar ninguna decisión.
En estos momentos en los que uno puede que se sienta totalmente sin norte, sin ilusiones ni alegría, os lo aseguro, también se puede dar la vuelta a nuestro día a día y generar los cambios suficientes para que volvamos a conectar con la vida, y sentir que esta vale la pena.
Está claro que nuestra Autoestima, así como nuestro bienestar o nuestra alegría, fluctúan. No hay ninguna persona que se sienta al 100% de energía todo el tiempo, siempre seguro al máximo de sí mismo o siempre con una actitud positiva ante la vida, sin excepción. Por lo menos, yo no he conocido a nadie así. ¡Me encantaría!
Como siempre digo, la vida tiene un ingrediente común e inevitable: los cambios. Estos cambios, que pueden ser esperados o no, generan modificaciones y alteraciones en nuestra mente, y en consecuencia, en nuestro mundo emocional.
Nos podemos encontrar que poco a poco nos vayamos apagando, marchitando, perdiendo nuestra chispa y que ni siquiera sepamos por qué. Puede que sea por un cúmulo de cosas de las que ni tan solo seamos conscientes. O puede que sea por un motivo concreto, por un desengaño o una decepción… o puede que simplemente nos hayamos dejado llevar por la rutina del día a día, apagando nuestras ganas de luchar.
Cuando esto pasa, podemos llegar al límite de soltar un trabajo que nos encantaba (y en realidad lo sigue haciendo), o a finalizar una relación de pareja que quizás tenía mucho potencial.
¿Cómo recuperar el control en la vida?
Una vez más voy a recurrir a la misma herramienta: TOMAR CONCIENCIA. Lo sé, siempre digo lo mismo, pero es que ¡¡¡es esencial!!! Es necesario, es básico, es incuestionable ¡como la vida misma! Sin conciencia no hay NADA: no hay problema, no hay causa, no hay efecto, no hay solución. En cambio cuando hay conciencia, se hace la luz. Y con luz, viendo todo lo que hay y lo que falta, es muchísimo más fácil arreglar lo que no funciona.
Al tomar conciencia, vemos. Y al ver comprendemos. Y al comprender podemos aceptar. Y al aceptar podemos liberarnos. Y al liberarnos podemos seguir adelante, definir un nuevo rumbo, y poner toda la energía en ese objetivo.
Por lo tanto, con conciencia, podemos recuperarnos a nosotros mismos y darle un nuevo aliento a nuestra vida, sin dejar de recordarnos y de sentir, que LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR.