¿Cómo separarse sin hacer daño a los hijos?
¿Tu relación de pareja está en un momento crítico y sabes que la mejor solución es la separación? Esta siempre es una situación muy complicada, pero está claro que una separación puede ser más compleja si hay hijos de por medio.
Muchas veces, la separación no es una decisión de mutuo acuerdo. Al contrario, acostumbra a ser una persona quien lo decide y la otra tiene que aprender a sobrellevarlo como pueda. Esta es quien tendrá que hacer un proceso de duelo, con todos sus altibajos y complejidad que este cambio va a generar en su vida.
Pero, ¿qué pasa cuando en un divorcio hay hijos de por medio?
En la mayoría de ocasiones, les asusta y obsesiona la tormentosa idea de destruir la familia. Muchos quedan atrapados en la idea de que esta separación va a destruir su estructura familiar. Quedan anclados en la culpa más profunda que jamás hayan sentido y ésta no les deja avanzar correctamente ni tener una actitud sana y adecuada ante la mirada de los hijos.
Si bien es cierto que ante una separación los pequeños siempre fantasean con la idea de que los padres se volverán a juntar, son capaces de adaptarse a esa nueva situación. Para ellos, ‘lo normal’ es aquello que nosotros les ayudemos a normalizar. Deberíamos enseñarles que cuando hay una separación, la familia jamás tiene por qué destruirse. Simplemente, cambia de forma, se modifica el formato, pero la familia sigue estando ahí para ellos.
¿Cómo evitar que los hijos sufran en una separación o, en el peor de los casos, se traumaticen?
Los hijos, ante una situación de cambio inesperado o indeseado, observan a los adultos. Si perciben tranquilidad, se quedan más tranquilos y relajados, en cambio, si este adulto transmite pánico, probablemente el niño se va a asustar.
¿Te has parado a pensar qué crees que les transmites a tus hijos con tu conducta y tu actitud?
Ellos van a aprender de ti, observa si les estás transmitiendo que esta situación es un verdadero drama, que a partir de ahora todo va a ser difícil y va a empeorar vuestras vidas. Observa si te ven llorando por los rincones, si has dejado de cuidarte, de sonreír, si buscas ayuda o te encierras en la habitación, si hablas mal de tu pareja, si te arrastras para impedir que te deje o si te obsesiones en buscar formas de que lamente haberte dejado.
Observa si en vez de esta actitud tan tóxica, tratas de buscar la forma que os beneficie a todos, intentando transmitir una idea de normalidad ante ese cambio. ¿Te ven luchar y buscar soluciones? Recuerda, ellos van a aprender de ti.