¿Sigues ahí por pena, culpa o miedo?
¿Sigues ahí por PENA, CULPA o MIEDO?
Después de analizar numerosos casos de personas que están atrapadas en relaciones que ya no funcionan, hoy sabemos que son tres las emociones que con mayor frecuencia le hacen imposible poner fin a ese vínculo a uno de los miembros.
¿Por qué seguimos en relaciones de pareja que no funcionan?
Siempre que estoy ante un caso de relación tóxica con dependencia emocional y le pregunto a mi paciente:
¿Por qué sigues con él/ella?, la respuesta es una de estas tres:
– Porque me da pena
– Porque me siento culpable
– Porque tengo miedo
Vamos a analizar cada una de ellas:
Porque me da pena y Porque me siento culpable, van siempre unidas. Siempre que uno de los dos se pone en el rol de víctima, el otro automáticamente adopta el rol del culpable. Si nos estamos planteando dejar la relación, lo habitual es que el otro no lo quiera aceptar, se aferre a nosotros, nos prometa cambios en todo aquello que deseemos y puede que incluso llegue a humillarse. Ante semejante actuación, si tenemos un mínimo de empatía hacia el otro, nos vamos a sentir culpables. Puede que creamos que al ser nosotros los que deseamos irnos, también somos los responsables de todo el dolor que siente y de todo su sufrimiento. Pues bien, no es así. Si el otro no se da cuenta de su postura victimista y completamente ineficaz, nosotros debemos tomar conciencia de que no somos culpables de nada. Si ya no le queremos, lo más honrado que podemos hacer por su bien ( y por supuesto por el nuestro) es decirle lo que sentimos y tomar la decisión. A la larga, cuando se recupere lo agradecerá.
También es cierto que he conocido personas que decían preferir estar con su pareja aun sabiendo que no recibirían amor porque el otro no les quería…con tal de no quedarse sin él/ella, aceptaban seguir allí (aunque fuera como segundo plato, tercero o cuarto…). Esto es resignación y personalmente, lo veo de lo más triste.
Porque tengo miedo. Este también es un motivo que con frecuencia nos paraliza. El miedo es bueno y muy necesario. Nos ayuda a analizar y valorar si aquello que queremos hacer es bueno para nosotros o si por el contrario puede ser peligroso. Es normal que aquello que no conocemos nos de miedo, pero si el miedo que sentimos es a sentirnos solos, a no ser capaces de seguir adelante, a echar de menos al otro, a necesitarle y no tenerle, a arrepentirnos, a no encontrar a nadie más como él/ella…se trata de un miedo comprensible pero lo que no es comprensible es que nos paralice, no puede ser que nos haga permanecer allí y no nos permita dar los pasos que realmente deseamos dar.
Autoestima para salir de relaciones tóxicas de pareja
Cuando esto ocurre, el camino es uno: reforzar la autoestima y así darnos cuenta de que tenemos el potencial y las capacidades necesarias para seguir adelante sin el otro. Hemos sobrevivido mucho tiempo sin él y podemos volver a hacerlo si hace falta. Nadie es necesario para nosotros. Está claro que sí que necesitamos tener gente a nuestro alrededor, somos seres sociales y no nos va bien estar solos pero también está claro, sabido y demostrado, que una persona con la que no estamos bien, jamás será imprescindible en nuestra vida.
Si hay momentos en los que vemos claro que nos tenemos que ir, debemos seguir esta intuición. Solo si damos el paso, generaremos cambios y todo empezará a fluir de nuevo.