¿Crees en tí? – Autoestima –
– No te lo vas a creer pero un día cabías en la palma de mi mano. Te levantaba y le decía a tu madre “Este chico va a ser el mejor del mundo, este chico va a ser mejor de lo que nadie se imagina”
Y fuiste creciendo cada vez más estupendo era fantástico poder observarte, un privilegio y cuando te llegó el momento de hacerte un hombre y enfrentarte al mundo, lo hiciste. Pero en algún punto del trayecto cambiaste, dejaste de ser tú. Permitiste que te señalaran y que te dijeran que no sirves, y cuando empeoró todo buscaste a quien echarle la culpa, a una sombra alargada. Voy a decirte algo que tu ya sabes, el mundo no es todo alegría y color. Es un lugar terrible y por muy duro que seas es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides. Ni tú ni yo ni nadie golpea más fuerte que la vida pero no importa lo fuerte que golpeas si no lo fuerte que pueden golpearte. Y lo aguantas mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana. Si tu sabes lo que vales ve y consigue lo que mereces. Pero tendrás que soportar los golpes y no puedes estar diciendo que no estas donde querías estar por culpa de el o ella o de nadie. Eso lo hacen los cobardes y tu no eres un cobarde, tu eres capaz de todo. Yo te querré en cualquier situación, pase lo que pase, eres mi hijo y llevas mi sangre, tú eres lo mejor de mi vida. Pero hasta que no empieces a creer en ti mismo no tendrás tu vida propia.
Este es el discurso que Rocky le da a su hijo, en una de las películas. Nunca me cansaré de escucharlo, es perfecto y define a la perfección lo que hacemos la mayoría de nosotros la mayor parte del tiempo.
Creemos que no somos capaces y damos la razón a los demás cuando nos hacen sentir pequeños. Renunciamos a nuestros sueños más profundos y vamos deambulando por la vida como pobres víctimas de las circunstancias y de los demás. Echándole la culpa a cualquiera y sin asumir nuestra propia responsabilidad. Sin admitir nuestro potencial y capacidades.
Y nos quejamos. A veces nos quedamos en silencio, con la cabeza baja y los hombros encogidos mientras nos decimos que es lo que hay y que no podemos aspirar a nada más. Otras veces sentimos que merecemos mucho más y nos quejamos indignados, mostrando nuestra frustración y nuestro descontento, pero tampoco hacemos mucho más que esto. Los que se quejan y no hacen nada son las víctimas. Y las víctimas se quedan en eso, en sombras lúgubres y frustradas que buscan que los demás les den la razón y una palmadita en la espalda para que vuelvan de nuevo a lo mismo.
En vez de sumirnos en este triste escenario, lee de nuevo el discurso de Rocky. Si sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces, pero no te pares, no dejes de avanzar. Habrá dificultades y contratiempos, la vida no te lo va a poner todo fácil y placentero pero a pesar de los golpes que puedas recibir, sigue avanzando, no te pares nunca, no dejes de creer en ti y en ningún momento pierdas de vista tu objetivo.