Terapia sexual y de pareja
La terapia de pareja es un proceso que dirige un psicólogo experto que tiene por objetivo dotar de herramientas a una pareja cuyo vínculo se ha visto afectado de manera negativa por uno o más conflictos, que no han sabido solucionar por ellos mismos, para que aprendan una nueva manera de relacionarse y comunicarse en su día a día y así, sigan creciendo como pareja. La premisa básica es que ambos miembros quieran iniciar un proceso terapéutico de manera conjunta. En algunas ocasiones es solo uno de los dos el que desea hacer terapia de pareja y es imprescindible que el compromiso sea por ambas partes para que se obtenga un resultado satisfactorio.
La terapia de pareja, tanto en sus modalidad presencial como online, busca ayudar a la pareja a resolver ese problema que ha derivado en una crisis. Las relaciones, independientemente de su duración, pasan por diferentes etapas y altibajos, y las dificultades que se van presentando no siempre se gestionan de manera correcta y, por este motivo, se pide ayuda profesional. Es muy importante afrontar los problemas cuando empiezan a salir a la luz y no posponerlo, porque puede que para entonces ya sea demasiado tarde para salvar la relación.
A la hora de empezar a trabajar para buscar la manera de solucionar la crisis de pareja, el profesional evalúa la comunicación en la pareja, las bases de empatía y apoyo, la forma de enfrentarse a los problemas de cada uno de ellos, para así reconstruir los pilares esenciales sobre los que se sustenta una relación para que funcione. A lo largo del proceso terapéutico, el psicólogo brindará herramientas específicas para cada miembro y para la relación en sí. Esto les servirá no solo en el presente sino también en el futuro ya que generará una nueva visión, más amplia y creada en conjunto, que les fortalecerá.
¿Quién acude a la terapia de pareja?
Las relaciones sanas no están exentas de conflictos. Problemas de comunicación y asertividad, de falta de empatía o el desgaste por la rutina y la convivencia son algunos de los obstáculos que ponen a prueba a las parejas, y apostar por la terapia de pareja puede ayudar a reconducir con éxito una situación que se ha había vuelto tóxica para ambos. En cambio, cuando la crisis de pareja viene derivada de algún hecho que lastima la dignidad (violencia doméstica) o que choca frontalmente con nuestros valores principales e innegociables (permitir o hacer cosas que en realidad no nos parecen bien ni deseamos), la terapia de pareja no será en ningún caso una opción para salvar la relación, puesto que la única salida posible será el fin de la relación.
Proponer una separación consciente es otro de los objetivos de la terapia de pareja cuando es inviable solucionar la crisis, ya sea porque se trata de una relación tóxica, porque se ha generado dependencia emocional, porque el desgaste como pareja sea absoluto o ya no se vaya hacia la misma dirección ni se tengan proyectos en común.
Es muy importante recalcar que las relaciones de dependencia emocional jamás serán sanas. Hay personas que, de manera errónea, creen que con terapia, una relación en la que se ha generado un enganche tóxico puede convertirse en sana. Y no es así, porque la dependencia emocional jamás está basada en el amor.
Los problemas habituales que derivan en una crisis de pareja
– Errores en la comunicación: una buena comunicación es uno de los ingredientes imprescindibles de una relación sana. En la terapia de pareja se trabaja nuevas dinámicas en las que ambos miembros puedan expresar su punto de vista con asertividad.
– Crisis puntuales: Situaciones externas complicadas y dolorosas como puede ser la muerte de un ser querido o el despido del trabajo pueden afectar de manera negativa la relación de pareja.
– Problemas con el sexo: la falta de deseo sexual, la inexpresión de de afectividad, dificultades a la hora de mantener relaciones íntimas puede ser otro foco de tensión en la pareja.
– Ausencia o discrepancia en los planes de futuro: Cuando se producen desavenencias o conflictos a la hora de ver el futuro como pareja, la terapia de pareja puede erigirse como un espacio en el que ambos puedan expresar sus puntos de vista con el objetivo de que cada uno explique sus deseos reales al otro e intenten llegar a un acuerdo.
– La nueva vida con hijos: La llegada de los hijos, sin duda, es uno de los momentos en los que, en muchas ocasiones, la relación de pareja se resiente al focalizarse toda la atención y tiempo a los hijos. Con la terapia de pareja se brindan herramientas y estrategias para que la pareja mantenga su espacio de intimidad y se adapte a la nueva situación.
Terapia sexual
La terapia sexual se centra específicamente en los conflictos de pareja que se originan debido a problemas sexuales y aunque puedan parecer difíciles de solventar, la realidad es que en muy pocas sesiones acostumbran a resolverse. Suele costar pedir ayuda por vergüenza o prejuicios aunque cuando se tratan, son problemas de fácil recuperación. Los más frecuentes son: problemas en la erección, eyaculación precoz, bajo deseo sexual, ausencia de orgasmo en la mujer, eyaculación retardada, dolor en la penetración, problemas de identidad de género/orientación sexual, parafilias (exhibicionismo, voyeurismo, etc.), dificultades derivadas de un abuso sexual, adicción al sexo, falta de habilidades sexuales, aversión al sexo.
El deseo es otro pilar básico de una relación de pareja, ya que con el sexo ambos miembros sienten una conexión única, pero cuando esto falla, los cimientos que sustentan la relación afectiva pueden desestabilizarse. Es por ello que acudir a un terapeuta sexual resulta una opción altamente recomendable para reconducir la situación y recuperar la salud sexual de la pareja.
Tener algún problema grave en las relaciones sexuales no es la única razón por la que acudir a terapia sexual, también lo puede ser para aprender y variar el repertorio de juegos sexuales y adquirir nuevas habilidades en este terreno.