El maltrato psicológico en la relación
Son muchas más de las que imaginamos, las personas que un buen día deciden casarse, soñando que así su vida será mejor, más fácil, que así estarán acompañados, que compartirán lo bueno y lo malo, que todo será más llevadero siendo dos…aunque, tarde o temprano, sus días se van volviendo oscuros, se sienten cada vez más tristes, más vacíos, y sus pulmones ya solo respiran una profunda soledad.
Muchas de las veces, la persona que vive esta situación, no se da cuenta, no son conscientes de la magnitud del cambio que ha hecho su vida. Estoy hablando de los casos en los que uno de los miembros es maltratado psicológicamente por su pareja.
Cómo identificar el maltrato psicológico en la relación de pareja
– Te anulan la Autoestima: te dicen o te hacen sentir que no sirves para nada, que eres un/a inútil. Esto, a su vez, te impide sentirte “capaz de irte”, de acabar con aquello, puesto que piensan “¿y dónde voy a ir…?”
– Te dan órdenes, las cuales tienes que obedecer y sientes que no tienes ninguna opción de quejarte o de expresar disconformidad porque va a ser peor.
– No te permiten ser quien eres, hacer las cosas que te gustan, ir a los sitios que te hacen disfrutar
– Te van alejando cada vez más de tu gente hasta que te quedas solo
– Opinan sobre ti y te juzgan: lo que tu haces, cómo eres…
En el caso de las mujeres que sufren maltrato psicológico: a menudo sus maridos abusan del alcohol lo cual puede implicar que también hayan agresiones físicas frecuentes así como violaciones.
En el caso de los hombres, acostumbran a recibir más agresiones verbales, acusaciones de cosas que no han hecho, críticas destructoras de su autoestima.
En cualquier caso, las personas que sufren ese tipo de maltrato psíquico, se vuelven cada vez más dependientes, cada vez ven las agresiones como algo más normal, más habitual, se “acostumbran” a ello…hasta el punto que les cuesta muchísimo salir de allí, hasta el punto que a menudo te dicen que no están seguros de si realmente quieren salir de allí. Evidentemente no hay ninguna duda que quieren salir, pero su nula autoestima les confunde y les bloquea. Sufren dependencia emocional.
Y claro, una vez uno lo consigue y sale, después empieza el duro camino de “volver a empezar”. Digo duro porque es un nuevo comienzo, partiendo de un pasado que ha dejado muchas huellas en su piel, muchas grietas en sus ojos y demasiadas heridas en su corazón, como para poder dejarlo atrás sin más, con destino al olvido.
Pero valga la redundancia, puesto que lo digo siempre, una vez hemos tomado la decisión correcta, aquella que apuesta por nosotros, que nos pone en primer lugar, el tiempo será nuestro mejor bálsamo, nuestro gran amigo. Él nos limpiará la memoria y la llenará de nuevos capítulos en los que sin duda volveremos a sonreír, y recordaremos por qué esta vida vale la pena.