Adiós a la ira
Muy a menudo podemos ver reacciones de ira desproporcionadas en las relaciones de pareja, por parte de uno de los miembros, provocadas por el simple hecho de que el otro no se comporta como uno esperaba o deseaba. A pesar de ser algo bastante común y que por algún motivo lo asociamos a una de las reacciones del ser humano, no debería ser así. Se trata de una reacción irracional que no nos sirve para ningún fin provechoso, y en cambio repercute en nosotros de manera claramente negativa.
A continuación, os quiero transcribir un texto extraído del fantástico libro, Tus zonas erróneas, de Wayne Dyer, en el que explica de manera muy acertada lo que es la ira.
<< La ira no es algo `muy humano´. No tienes por qué sentirla y no sirve a ninguno de los propósitos relacionados con el que tú seas una persona feliz y realizada. Es una zona errónea, una especie de gripe psicológica que te incapacita igual que puede hacerlo una enfermedad.
La ira es una reacción inmovilizante, que se experimenta cuando nos falla algo que esperábamos, algo con que contábamos. Toma la forma de rabia, hostilidad, de agresión contra alguien o incluso de silencio amenazante. La palabra clave es inmovilidad. La ira es una elección y un hábito. Es una reacción aprendida ante la frustración y a resultas de la cual te comportas como preferirías no hacerlo. De hecho, la ira profunda es una forma de locura. Se es loco cuando no se puede controlar el propio comportamiento. Así pues, cuando estás enfadado y pierdes el control, sufres una locura temporal.
La ira no tiene compensaciones psicológicas sino que es debilitante. Físicamente puede producir hipertensión, úlceras, palpitaciones, insomnio…Psicológicamente, acaba con las relaciones afectivas, interfiere con la comunicación, conduce a la culpabilidad y la depresión y en general interfiere con tu vida.
Como todas las emociones, la ira es un resultante del pensamiento. No es algo que simplemente te sucede. Cuando te enfrentas con circunstancias que no van por donde tú quisieras que vayan, te dices a ti mismo que las cosas no deberían ser así (frustración) y entonces eliges la acostumbrada reacción de enfado que sirve a un propósito. Mientras aceptes la ira como parte de lo que significa ser un ser humano, tendrás argumentos para aceptarla y evitar ocuparte de su eliminación>>
Queda claro que deberíamos aprender a controlar la ira. Cuando estamos en una relación tóxica o con dependencia emocional, no deberíamos permitirla e incluso en los casos en los que la relación es sana, sería un buen ejercicio, hablar con nuestra pareja y hacerle ver que esa manera de reaccionar no es útil sino que daña su vínculo e incluso puede debilitarlo.