Aprende a llevarte bien con la soledad y todo te irá mejor
La soledad tiene una carga emotiva negativa, pero no lo es en absoluto. No solo no lo es, sino que es buena, positiva y, además, es necesaria. Los momentos de soledad los tendríamos que intentar ver como espacios que nos ayudan a crecer, a mejorar y a conocernos mejor. Tendríamos que buscarlos y crearlos con más frecuencia, sobre todo aquellas personas a quienes les da miedo la soledad y la rechazan.
Cuando a alguien no le gusta la soledad suele ser porque la relaciona con estar solo/a y se dice: ‘No tengo nada bueno para aportar, nadie quiere estar conmigo…’. Se va machacando con este diálogo negativo de manera constante y eso hace que le baje la autoestima.
Estar solo vs. sentirse solo
Sin embargo, tenemos que aprender a diferenciar muy bien qué es estar solo y qué es sentirse solo, porque son dos conceptos diferentes y que nada tienen que ver. Estar solo es aprender a estar contigo, bien y a gusto. Es decir, que cuando te quedes solo/a, sepas qué hacer, cuáles son tus aficiones, qué te hace sentir realizado, saber cómo llenar tu tiempo, lo que te da paz y lo que te estresa. Hay personas a quienes le cuesta mucho y, por este motivo, tienen la urgencia de encontrar a alguien que las saque de ese espacio, y es entonces cuando existe el peligro de aferrarse a relaciones infelices y a crear dependencia emocional.
En cambio, sentirnos solos sí es grave, porque es cuando sientes que no hay nadie a quien le importes, para quien seas valioso y se preocupe cuando estás mal. Y la peor soledad y la que hace más daño es cuando te sientes así estando en pareja. Estás con una persona con la que sientes que no conectas, que no le duele tu dolor y a quien que no le preocupa las cosas que te pasan.
¿Por qué no nos gusta estar solos? Hay que tener en cuenta que somos seres sociales y el cerebro nos hace sentir bien, seguros y tranquilos, cuando estamos rodeados de otras personas. Para sentirnos bien, necesitamos llenar la parte de la comunicación, es decir tener gente con quien hablar, con quien expresar nuestras necesidades y cómo nos sentimos. También necesitamos la parte del afecto: sentir proximidad, cuando nos tocamos, o el simple hecho de la presencia. Por ejemplo, hay muchas personas a quienes les aterra esa sensación de llegar a casa y que no haya nadie, y prefieren estar con alguien, pese a que le reste, antes de sentir ese silencio y esa soledad de saber que no les espera nadie en casa.
Soledad y Navidad
La sensación de soledad suele notarse más durante las fechas navideñas. Son días que se asocian a estar con la familia, a compartir y a hacer felices a los demás. Si en tu caso, te encuentras lejos de tu casa, has sufrido una pérdida o has roto una relación, son situaciones que te conectan con el vacío y la tristeza.
Si lo piensas bien, al final el 25 de diciembre es un día como cualquier otro, pero no lo percibimos así por la carga emocional asociada a estas fechas y a la que nos empuja siempre la sociedad actual. La clave es enfocar la Navidad de otra manera y vivirla sin esa carga.
La soledad es negativa cuando estamos viviendo ciertos procesos como, por ejemplo, un duelo por haber perdido a alguien o por haber roto una relación, pero son precisamente esos momentos en los que no nos podemos aislar. Si lo hacemos, sufriremos porque necesitamos la calidez humana y que nos distraigan. Hay momentos en los que a uno no le apetece quedar con nadie y tiene que permitirse esos espacios de soledad, pero luego debe esforzarse en compartir con los otros porque está comprobado que se sale más rápido de estos procesos.
Los efectos positivos
Cuando sabes estar solo y te llevas bien con tu propia soledad, eres una persona que dice lo que piensa. Como no te da miedo que los otros se enfaden o te rechacen, eres mucho más claro, espontáneo y tú mismo.
Eso también lleva a que no crees tanta dependencia emocional. Tú sabes que estás bien solo y, si empiezas una relación y empieza a haber cosas que no encajan, no tienes miedo a estar solo. Como sabes que quedarte en una relación que no funciona te hará estar peor, volverás a tu espacio de soledad y sufrirás mucho menos.
Cuando sabes estar solo, eres una persona que te conoces mucho mejor, profundizas más, te haces preguntas, te das tiempo para pensar, ver qué es lo que te pasa y por qué te pasa, indagas en tu interior. Cuando te conoces más, como también sabes mejor qué quieres, te puedes permitir el lujo de escoger mucho mejor las personas que tienes a tu alrededor, las experiencias que quieres vivir y sobre todo aquello que no quieres incluir en tu vida. Todo nos va mejor si sabemos llevarnos y estar bien con la soledad.
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