Cómo fortalecer la relación de pareja
A menudo hablamos sobre las relaciones de pareja que no funcionan y nos preguntamos dónde deberían estar nuestros límites a la hora de decidir acabarlas si no funcionan. Pero hay muchas ocasiones en las que nos encontramos con relaciones que pasan por dificultades pero que tienen una base sana y sólida y por ello, con las herramientas adecuadas pueden recuperar su equilibrio y estabilidad.
A lo largo de la relación, tendremos que atravesar numerosos episodios que nos van a desestabilizar e incluso puede que nos lleven al límite de lo que estamos dispuestos a tolerar con el otro.
Tendremos que negociar, pactar, ceder y adaptarnos en cierta medida para poder seguir fluyendo juntos, pero siempre sin sentir que dejamos de ser nosotros mismos. No debemos perder nunca nuestra esencia, aquello que nos hace ser nosotros mismos ya que si lo hacemos, no podremos ser felices y tarde o temprano la relación acabará resintiéndose.
¿Cómo cuidar y mejorar la vida en pareja?
Reconocimiento
Para mí, uno o de los ingredientes principales a tener en cuenta, es no dejar de reconocer al otro. Si nos fijamos en ello, veremos que siempre estamos a punto para quejarnos (no has hecho esto, mira con has dejado aquello, lo has hecho mal, yo no lo quería así, te has equivocado, es que no se te puede pedir nada, etc..) y recibiendo comentarios de estos continuamente, es normal que el otro se acabe desanimando y dejando de colaborar o de intentar hacernos felices con pequeños detalles. A nosotros nos pasaría lo mismo si nos lo hicieran. Cuando uno se esfuerza en hacer alguna cosa y sólo obtiene desaprobación, si siempre queda con la sensación de que no hace suficiente, al final se desmotiva y deja de intentarlo.
En cambio, observa qué pasa cuando le reconoces a tu pareja todos aquellos pequeños detalles positivos que ves en él/ella. Con comentarios como “me encanta que hayas hecho esto”, “me ha gustado mucho que pensaras en aquello”, “me ha hecho muy feliz que…”, el otro sin duda se sentirá muy bien y esto le va a generar ganas de seguir actuando de esa forma.
Seguir siendo una pareja
A menudo, con el paso del tiempo tenemos hijos y pasamos de ser una pareja al 100% a ser padres al 100%, y esto hace que la relación se acabe resintiendo. Tener hijos debe ser una decisión muy pensada y hay que tener claro todo lo que implica, pero no podemos olvidarnos de cuidar la relación de pareja. Tenemos que buscar siempre espacios para nosotros, en los que podamos reencontrarnos, comunicarnos y expresar todo aquello que sentimos, que nos preocupa. Tenemos que encontrar momentos para evadirnos, para divertirnos y para hacer aquellas actividades que antes nos unían tanto. Está claro que tener un hijo es un cambio radical para nosotros y no podremos recuperar la relación que teníamos antes. Se trata de un proceso de adaptación en el que no se puede dejar de cuidar ninguno de los dos roles.
Evitar la rutina
Con los años, dependiendo de lo monótona que sea nuestra vida (en función de nuestra manera de ser, nuestro trabajo, nuestros amigos, etc) todos corremos el riesgo de caer en una rutina en la que nunca pasa nada sorprendente y cada día es igual al día anterior. La rutina está para que la rompamos de vez en cuando. Es bueno tener una estabilidad y un equilibrio en el que sintamos que controlamos nuestra vida, pero si eso es el 100% del tiempo, acabará pesando demasiado y puede llegar a romper el vínculo que teníamos.
Tener propósitos
Es importante que con nuestra pareja tengamos siempre unos objetivos, unos propósitos en común que hagan que sintamos que caminamos juntos hacia una misma dirección. Serán diferentes en función de cada pareja: hacer un viaje, cambiar de piso, tener un hijo, crear un negocio, etc. Pueden ser propósitos de mayor o menor envergadura, esto no es importante, pero debería haberlos siempre.