El miedo a quedarte solo/a – dependencia emocional –
Yolanda no podía dejar de llorar. Lloraba con un sentimiento profundo y desgarrador. Era el miedo que nacía de lo más profundo de su corazón. El miedo a quedarse sola, a no encontrar a nadie más con quien construir una historia juntos, con quien compartir momentos, sueños, ilusiones o tristezas. Ese miedo tan habitual, tan conocido como rechazado por el dolor que causa y por lo mucho que paraliza.
Yolanda se encontraba de nuevo en un proceso de duelo. Tenía que aceptar que no funcionó, que había acabado, que no había llegado a ninguna parte. Lo mismo que le había pasado en las últimas dos relaciones. Bueno…si es que podían llamarse relaciones…
Poco a poco se fue calmando y entonces pudo empezar a hablar y responder a mi única pregunta: ¿Qué es exactamente lo que sientes, Yolanda?
Siento miedo atroz a quedarme sola, un miedo a no volver a tener pareja nunca más. Constantemente me vienen a la cabeza todas las personas que tengo a mi alrededor y sí que tienen pareja y proyectos… y yo no… ¿Qué he hecho mal, Silvia? No tengo la sensación de haber hecho nada mal…pero a lo mejor sí…
Y Yolanda volvió a llorar de nuevo, absorbida por ese miedo y ese dolor.
En realidad, no había hecho nada mal salvo una cosa. Cuando nos sentimos solos y tenemos muchas ganas de tener pareja, es habitual que vayamos a lo fácil. Y con “fácil” me refiero a que nos quedemos con la primera persona que nos haga un poco de caso. Puede que nos salga bien pero en la mayoría de ocasiones está comprobado que no es así, porque estas personas acostumbran a ser de las que no buscan nada serio, tan solo alguien con quien tener sexo cuando les apetezca pero dejando muy claro que no va a ir más allá. Cuando ven a alguien que tiene muchas ganas de encontrar a alguien más, no lo dudan y van al acecho.
Si la persona que quiere tener pareja acepta esto, lo hará siempre con la esperanza y el pensamiento de que seguro que al ir viéndonos y compartiendo irá cambiando de opinión, seguro que al final se enamorará…
Al ver que esto no sucede, normalmente tendemos a reclamar, a pedir más, a mostrar nuestro descontento con quejas y reclamos absurdos…ya que el otro siempre ha dejado clara cuál era su intención. Y así vamos cayendo en una Dependencia emocional y nuestra Autoestima se va haciendo cada vez más pequeña. “No me gustas pero no quiero renunciar a lo que creo que podría llegar a ser”.
Son personas que a veces tienen pareja pero así se distraen de su relación vacía, otras solo buscan a alguien con quien satisfacer sus fantasías amorosas y otras tan solo se sienten bien teniendo a alguien que sólo con un mensaje ya acude a ellos dejándolo todo de inmediato.
Pero si al igual que Yolanda, uno no busca eso sino que desea tener una relación sana y equilibrada, quedarse con aquello tan solo le llevará al desequilibrio emocional y psicológico. Y volverá a sentir de nuevo una y otra vez ese miedo atroz.
¿Hacen algo mal? No y sí. Conscientemente no, pero al elegir tener “algo” con una persona que no busca lo mismo, nos acerca al abismo del sufrimiento con demasiada facilidad.
Nunca deberíamos quedarnos con alguien que no encaja con la esperanza de que ya cambiará sino con alguien a quién elegimos precisamente porque encaja con todo lo que nosotros buscamos, que quiere lo mismo, a quien le gusta lo mismo y que desea ir al mismo lugar.