Libérate de tu pasado
Marta vivía con tanto miedo que se volvió absolutamente exigente y perfeccionista consigo misma.
Aunque era incapaz de valorar ninguno de sus logros, se sacó dos carreras (ambas con matrícula de honor, siendo recompensada por ser la mejor estudiante de ambas promociones) y tenía un trabajo muy bien considerado. Su autoestima, era casi nula. No tuvo pareja hasta que Gerardo se fijó en ella. No lo dudó y entró en la relación. Sin darse cuenta, sentía que daba igual como fuera él, si le gustaba más o menos, teniendo en cuenta que no iba a encontrar nunca a ningún hombre, aún le tenía que dar las gracias.
A pesar de sus muchos éxitos, no veía ninguno. Marta se sentía cada día más triste e infeliz. Cuanto más consciente era de todo lo que había pasado en su vida, más triste se sentía y más se atormentaba por haber permitido tanto. Por no haber puesto límites.
Debemos aceptar nuestra historia, sea la que sea, y sobretodo aceptarnos por haber salido de ella de la mejor manera que hemos sabido. Habrá muchas personas que mirarán atrás y dirán que esto o aquello no lo tendrían que haber hecho, pero claro, cuando el carro se cayó es muy fácil que te digan por donde tenía que pasar…¿verdad?
No debemos olvidar que en determinados momentos de nuestra vida, hemos tomado decisiones que posiblemente no volveríamos a tomar, pero lo hemos hecho lo mejor que hemos sabido y podido en su momento, en función de cómo lo vivíamos y la carga emocional que esa situación tenía para nosotros.
Es en el Aquí y Ahora, donde tenemos que empezar a hacer los cambios que necesitemos. Es justamente en el instante en el que uno se da cuenta, cuando ha llegado el momento para actuar. No para quedarnos anclados mirando atrás y haciéndonos daño, sino para mirar hacia adelante y proyectar cómo queremos que sea nuestra vida a partir de aquellas experiencias.