El Amor y sus límites
Sigo recibiendo muchos correos electrónicos por consultas similares, relacionadas todas ellas con dificultades en la Relación de Pareja.
Y como sois vosotros los que marcáis la dinámica del Blog, vamos a seguir hablando un poco más sobre el tema. No es que todas las relaciones de pareja sean dificultosas y nos hagan sufrir, pero cuando todo va bien no necesitamos ayuda. Por esto volvemos a hablar de las dificultades del Amor.
EL AMOR Y SUS LÍMITES
De entrada, insistiré una vez más en que el amor se tiene que pensar, no solamente sentirlo, ya que amar es muy fácil, pero lo complicado viene con la relación de pareja. Por esto cuanto más utilicemos la razón, mucho mejor nos irá.
A menudo les pregunto a mis clientes si me podrían dar algún motivo por el cual no deberían amar a su pareja.
Si al responderme los motivos son varios, es que algo no funciona allí (aunque después quieran arreglarlo diciendo “pero a pesar de todo esto, ¡es encantador!”). Os aseguro que cuando estamos bien con alguien y nos hacen esta pregunta, las respuestas son vagas, escasas y poco importantes. Incluso se nos hace difícil encontrar alguna respuesta.
En cambio, si estamos en una relación disfuncional, se nos ocurrirán motivos en seguida, y a la que empecemos nos vendrán muchas más cosas a la cabeza. Esta es una primera señal de alarma, que nos da mucha información del tipo de relación que tenemos.
Y como de lo que se trata es de tomar conciencia, y de afrontar nuestra realidad de frente, con o sin miedo, pero sabiendo lo que hay, pues os animo a que os hagáis la pregunta y la respondáis… a ver qué pasa.
¿Se te ocurre algún motivo por el que no deberías amar a tu pareja?
Una vez hecho esto, hay que ver si esos motivos, sobre el otro, son modificables o ajustables por su parte y por la tuya. Está claro que en una relación de pareja, hay que pulirse, modificar conductas, adaptarse…, ya que si seguimos exactamente igual que cuando estábamos solos, la cosa va a tener mal pronóstico.
Por otro lado, cada uno tiene sus cosas que NO SON NEGOCIABLES. Si accedo a esas partes y las cambio (por el otro), estoy renunciando a mi LIBERTAD. Y debemos tener claro que hay muchos valores como la libertad o la justicia, que a menudo son mucho más importantes que el amor.
Si renuncio a estos valores básicos, difícilmente voy a construir una relación sana, en la que yo pueda sentirme auténtica y feliz.
Si me doy cuenta de que la persona con la que estoy me está impidiendo u obstaculizando desarrollar mi talento natural, debo irme de allí.
Como dice Walter Riso:
“Hay amores que son una pesadilla y hay desamores que te liberan”