Luchar por estar juntos, no es amor.
El pasado viernes, acabé el día realizando una Charla/Coloquio en la librería Alibri de Barcelona junto a los psicólogos Walter Riso y Antoni Bolinches. El tema del que hablaríamos era de lo más interesante: LA PAREJA.
Fue, sin duda, un evento muy especial en el que cada uno de nosotros aportábamos nuestra opinión y puntos de vista. Hablamos de lo que debe y no debe ser una relación de pareja, de la importancia de saber dónde están los límites para cada uno y la necesidad de no permitir que nadie los cruce.
Justo durante la vuelta, estaba revisando mensajes en Twitter y encontré una imagen que me pareció de lo más inapropiada y poco acertada porque chocaba de frente con todo lo que habíamos estado hablando hacía un rato y todo lo que pienso del “amor sano”. La frase decía:
“AMOR ES LUCHAR UNA Y MIL VECES POR ESTAR JUNTOS”
¿Por qué nos empeñamos de esta manera tan irracional y poco realista, en relacionar el amor con la lucha? Deberíamos darnos cuenta de que el amor no tiene nada que ver con luchar. ¿Quién empezó a verbalizar tal barbaridad?
Creo que la idea que tenemos del amor romántico es la que distorsiona nuestra visión de la relación de pareja, y la convierte en un espacio en el que todo vale, todo puede olvidarse y en el que no hay límite alguno cuando hablamos en nombre del amor.
Lo dicho, una barbaridad. Esto no tiene absolutamente nada que ver con lo que debería ser para nosotros el amor sano, racional y coherente. Un amor maduro en el que podamos crecer, construir y compartir juntos, mirando y caminando hacia la misma dirección. Un amor en el que fluyamos de la mano, en el que nos sintamos cómodos en todo momento, cómplices de nuestro día a día y admirándonos de corazón.
Luchar una y mil veces por estar juntos, implica que juntos estamos mal y por ello nos tenemos que enfrentar, a menudo quedaremos heridos y decidiremos que debemos separarnos. Luchar una y mil veces por estar juntos es tener dependencia emocional y no ser suficientemente maduros como para comprender que hay relaciones que no pueden ser, que son tóxicas, que nos hacen daño y que debemos acabar.
Me gustaría acabar, transformando la frase en la que creo que debería ser, si no queremos seguir sufriendo más de la cuenta:
LUCHAR UNA Y MIL VECES POR ESTAR JUNTOS, JAMÁS SERÁ AMOR.