Superar una ruptura amorosa

Quedarse en una relación por miedo a ponerle fin, vivir temiendo que nos dejen… son realidades que muchos viven día a día. Y es que, la realidad es que todos llevamos las cicatrices de nuestras pasadas relaciones y el final de una historia de amor siempre es desagradable para todas las partes, incluso, por eso, hay quien no sabe hacerlo bien y acaba haciendo mucho daño. Sin embargo, superar una ruptura amorosa es posible si nos dedicamos cuidado y atención, si buscamos apoyos y si somos capaces de confiar en que hay felicidad un poco más allá de ese doloroso momento. 

Por eso, aunque ya hablamos hace tiempo de las etapas de una ruptura amorosa, hoy quiero profundizar un poco más y hablar de las fases del duelo. Porque una ruptura amorosa es, en definitiva, un duelo. Incluso para las partes que deciden poner fin a la relación. ¿Y cuáles son estas etapas? Vamos a repasarlas para tenerlas presentes en el momento de ponerse a superar una ruptura amorosa: 

  1. La negación. Es la primera etapa. Donde no lo podemos creer, porque, en el fondo, no queremos. Es el momento en el que evitamos enfrentarnos a la realidad, y si lo alargamos mucho estaremos posponiendo el momento de empezar a superar una ruptura amorosa. 
  2. La ira. Es la rabia, el enfado que nos produce esta situación que no nos gusta. Es un momento en que tal vez nos resuenen viejas heridas, en las que nos obsesionamos con lo injusto que es… la ira es, además, una manera de esconder el resto de emociones. Porque es más fácil lidiar con sentir enfado que con sentir vergüenza, abandono o miedo. 
  3. La negociación. Es el momento en que empezamos a tomar consciencia de lo que ha pasado en realidad y comenzamos a ver con más claridad el futuro y los diferentes caminos y posibilidades que se nos presentan. Es el momento en que nos damos cuenta de que de poco sirve enfadarnos con el otro, sino que tenemos que cuidar de nosotros mismos. Es cuando empezamos a conectar con nuestras emociones. Es el punto de inflexión para superar una ruptura… 
  4. La tristeza. Es el bajón. El dolor de la herida. Cuando por fin dejamos que la pena, la soledad y el vacío nos atraviesen. Es un momento para cuidarnos, para protegernos y para reconectar con lo que necesitamos. 
  5. La aceptación. Cuando comprendemos desde la serenidad qué ha pasado y qué podemos hacer para seguir con nuestra vida. En este punto ya tenemos el foco en nuestra vida, en nosotros, en nuestro futuro. Y es cuando podemos liberarnos y volver a volar… 

¿Y cómo podemos ayudarnos a superar una ruptura durante todo este proceso? 

  • Para empezar, validando lo que sentimos, sin avergonzarnos de ello. Permitirnos conectar con nuestras emociones, dejar que lleguen a nosotros sin negarlas ni reprimirlas, sino darles su espacio. Es normal tener sensaciones desagradables en un momento de ruptura, y no es nada de lo que haya que avergonzarse ni por lo que castigarse.
  • Después, hay que saber sacar y expresar lo que uno siente, para no reprimir esas emociones. Es bueno tener un confidente, alguien en quien apoyarse, sin olvidarnos que la primera persona con quienes debemos ser sinceros para superar una ruptura es con nosotros mismos. 
  • Además, hemos de aprender a identificar lo que en ese momento necesitamos para sentirnos un poco mejor, concediéndonos tiempo, espacio y un entorno amable que respete nuestra situación. 
  • Por último, es aconsejable confiar. En nosotros mismos, en nuestra capacidad de volver a ser amados, en los que nos quieren y se preocupan por nosotros… y en que nuestra vida está compuesta de muchos matices que nos ayudarán a volver a sentirnos bien. 

Y no pasa nada si uno no puede hacerlo solo. A veces nos hace falta apoyarnos en los demás, tanto en ayuda profesional como en nuestro entorno. Porque el principal dolor en una ruptura es el miedo a la soledad. Y conectando con los demás recuperamos la perspectiva de que no estamos solos. 

Un beso fuerte, 

Silvia

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Silvia Congost